Botvinya en la Rusia de los siglos XIX-XX fue no menos popular que shchi y ujá. Aunque, por lo general, se sirve fría. Y junto con todo tipo de okroshka (sopa rusa fría y se hace con kvas, pescado o carne picada y hortalizas; una especie de gazpacho) y sopas de remolacha que son tan buenos platos a la mesa en un día caluroso de verano, esta sopa (botvinya) fue una comida muy popular en la vida cotidiana en Rusia. El origen de botvinya es campesino, desde hace mucho tiempo en los pueblos y aldeas de Rusia la preparaban a base de kvas casero, hierbas y vegetales silvestres y hortícolas.
La habilidad para preparar este plato era indispensable para cualquier ama de casa. Poco a poco, la botvinya desde la mesa campesina migró a las mesas de ciudadanos y aristócratas, e incluso en el menú de las cenas de nobles y los restaurantes más de moda, donde la aderezaban incluso con champán. Botvinya era el plato favorito del zar Alejandro I.
Ingredientes (para 8 personas):
- 1 kg de salmón
- 4 pepinos frescos
- un poco de cebollino y de hinojo,
- 100 gramos de acedera
- 300 g de espinacas
- 1 cucharada y media de azúcar
- 12 tazas de kvas
- 1 taza de smetana (crema agria)
- sal a gusto.
Preparación: lavar bien la acedera y la espinaca y cocerlas, pasar por un escurridor, frotar por un colador y colocar en una escudilla, añadiendo el pepino pelado y picado finamente, el azúcar, la sal, la crema agria y 12 vasos de kvas. Mezclar todo bien, añadir salmón cortado en pedazos (antes haberlo cocinado en agua con sal), el cebollino e hinojo finamente picados. La botvinya se sirve fría, se come con cuchara.